«Debería ser el empresario el que formara a los trabajadores y eso es lo que perseguimos»
«El dinero no debe ser el motor, lo debe ser la pasión»
«Somos los grandes olvidados y hacemos una labor que creo que es muy buena»
Ángel San Frutos es tanatopractor y vicepresidente de Aesprof. Casi tres décadas avalan no solo su trabajo, si no también el conocimiento de un sector al que ha visto evolucionar. Defiende la formación y la pasión por el trabajo como motores para llegar a ser un buen profesional, y se confiesa enamorado de la profesión que vive cada día. Con él hablamos del pasado, presente y futuro del trabajo funerario.
¿Cómo ha sido su trayectoria profesional y cómo llega hasta Aesprof?
Llevo trabajando como funerario casi 30 años. Primero estuve en la Asociación Nacional de Profesionales Tanatopractores en la que, por supuesto, todos buscábamos un bien común, pero cada uno con su propia manera de ver las cosas. Más tarde me afilié a Aesprof que es una asociación que engloba a todos los trabajadores del sector.
¿Qué cree que han conseguido en estos años de andadura?
Que se hable de los profesionales funerarios. La asociación es relativamente joven, surgió poco antes de la pandemia. Estamos en un momento muy bueno, ya se sabe que lo importante es que hablen de uno, y es algo que la pandemia nos ha dado. Hace pocas semanas Fernando Alcón, presidente de Aesprof, fue invitado a la recepción que los reyes ofrecen por el 12 de octubre, y fue también el rey quien nos dio la enhorabuena por nuestro trabajo durante la pandemia, poniendo de manifiesto nuestra labor. Y es que es un hecho que somos los grandes olvidados y hacemos una labor que creo que es muy buena. Tenemos que aprovechar este momento para luchar y profesionalizar el sector.
Una de sus máximas es, precisamente, profesionalizar el sector y reforzar la formación.
“Si te quejas de lo que vale un profesional es porque no sabes lo que vale un inútil”. Creo que debería ser el empresario el que formara a los trabajadores y eso es lo que perseguimos. Que todos los profesionales, sean azafatos, personal de limpieza, administración, tanatopractores…estén formados. Es un trabajo en el que trabajamos con sentimientos y no todo el mundo vale. En la crisis del 2008, por ejemplo, muchas personas que se quedaron sin trabajo se decidieron a “probar” en el sector. Y es muy lícito, pero creo que para este trabajo, como para todos, hace falta también vocación y pasión. Yo puedo decir que a mí me encanta mi trabajo. Me siento orgulloso de ser funerario y disfruto con ello.
¿Cuál es el problema con la formación?
No es el título en sí. Hay gente que tiene el título y no ha hecho un embalsamamiento en la vida. La teoría está muy bien, pero la práctica es muy importante y poder hacerla con cuerpos reales. No sirve de nada que mucha gente tenga el Certificado de Profesionalidad si luego no conocen el trabajo. Las grandes funerarias tienen la suerte de tener personal específico para cada tarea, pero no siempre es así. Que la familia pueda despedirse de su ser querido es esencial, y muchas veces no se conoce hasta donde puede llegar ese daño cuando no pueden decir su último adiós. Es lo que llaman el “efecto marinero”, que también vimos durante la pandemia, nuestra cabeza no está preparada para ello.
Otro de los problemas del sector, y que usted contaba en una entrevista, es que por ejemplo en Segovia no puede firmar embalsamamientos pero sí puede hacerlo en Galicia.
La administración va “por libre” no solamente con esto, sino en muchas otras cosas. Deberíamos tener claro que el tanatopractor debe ser la única persona cualificada que debería tocar al fallecido, aunque hay gente que puede hacer muy bien el trabajo, hay que recordar que solo quien tiene el título puede ejercerlo.
¿Volvería a elegir esta profesión?
Es curioso, porque yo me asustaba de los difuntos, y ahora es un trabajo que no lo cambio por nada. Disfruto mucho cuando estoy haciendo mi tarea y tengo la suerte de sentir esa satisfacción cuando las familias se acercan a darte las gracias.
Si pudieras darle un consejo a alguien que ahora está empezando, ¿cuál sería?
Que el dinero no debe ser el motor, lo debe ser la pasión. Si estás pensando en el dinero difícilmente vas a desarrollar bien tu trabajo, es algo que te tiene que gustar. Está claro que hasta que no “pruebas” no sabes si te gustará, si valdrás para ello… pero puedo decir que esto “engancha”, por lo menos a mí. También hay que tener claro que es un sector pequeño, en el que no hay mucho movimiento de empleados, por lo que no es fácil encontrar trabajo, y lo digo por experiencia propia. Sé de gente que se ha gastado dinero para poder sacar el título y luego no han podido trabajar. Pero es que es un sector en el que no hay vacantes todos los días, sí jubilaciones, bajas o refuerzos, como ocurrió en pandemia, pero poco más.
¿Por qué animaría a los trabajadores funerarios a asociarse en Aesprof?
Cuantos más seamos, mejor lo haremos, porque la administración verá que estamos ahí. Tenemos que hacer fuerza para luchar por nuestros intereses, por un trabajo cualificado, profesional y, por supuesto, remunerado.
Es verdad casi todo lo que estás diciendo.
Desde mi punto de vista y conocedor de la Formacion (a la que siempre estoy demandando), tendríamos que empezar a formar a los empresarios, después ellos mismos buscarían formación para sus empleados.
Hola mi nombre es Angy y soy tanatopractora pero no lo ejerzo, por la discriminacion que existe todavía en este sector . Me a gustado mucho la entrevista de Ángel y estoy de acuerdo con él en que se debe tener pasión para este trabajo. Aunque para desgracia de algunos este trabajo lo están realizando personas que no tienen ni estudios ni amor por este. Espero que esto mejore algún día. Un saludo