Desde la Asociación de Empresas Funerarias de la Provincia de Ourense (APEFO), anfitriones en la próxima edición de Funergal, se trabaja, y mucho, por poner en el mapa a las empresas funerarias de la región. Son conscientes del potencial que esta tierra ofrece, empresarial, gastronómica y turísticamente, y por ello colaboran mano a mano con la feria para que siga siendo un referente nacional e internacional.
Hablamos con su presidente, Rubén Campo, quien hace un repaso del estado del sector y nos ofrece algunas claves de la que será la próxima gran feria funeraria en España.
Tras el parón obligado por la pandemia, Funergal será este año aún más especial que en otras ediciones.
Evidentemente. También por la competencia que hay con otras ferias. Somos conscientes de que cuando irrumpió Funexpo (Madrid) se hablaba de que en Ourense podíamos perder fuerza. Queremos demostrar que no es así y que esta edición será un nuevo éxito.
¿Cómo se encuentra el mercado gallego en cuanto al sector funerario se refiere?
Es un mercado fragmentado en el que están entrando también fuerte algunos grandes grupos. Pero la provincia de Ourense, dentro de Galicia, es algo aparte. En parte por la orografía y la cultura, aún sobrevivimos muchas empresas familiares pequeñas.
A la hora de prestar servicio, todavía nos encontramos con zonas en las que las propias familias quieren ser quienes velen al fallecido. Lo rural aquí tiene mucha fuerza y es lo que nos permite seguir trabajando de este modo.
¿Qué supone Funergal para Galicia?
Desde APEFO somos anfitriones de la feria, ayudamos a la organización en lo necesario. Al final, al ser tantas empresas funerarias, tenemos que crear este espacio de encuentro donde intercambiar experiencias. Para Ourense la feria es todo un aliciente, llegan muchos visitantes y es una feria donde estas empresas a lo mejor más pequeñas, que de otra forma no podrían viajar a otras ferias, pueden mantenerse informados con las últimas novedades del sector.
¿Qué tiene esta feria que no tengan otras?
Creo que en Galicia tenemos otros factores, como el patrimonio, el turismo o la gastronomía, que ofrecer a los visitantes y con los que completar la experiencia los días que estén aquí. Más este año, que, gracias al AVE, ya estamos tan cerca como pueda estar Madrid o Cataluña.
También hemos podido cambiar las fechas para así tener más horas de luz y poder disfrutar, además de la feria y las novedades que traerán los expositores, de esta tierra. Galicia es un destino turístico único, por ello, qué mejor sitio para hacer una feria que este entorno privilegiado.
En Galicia hay además una cultura de la muerte quizás algo distinta de la que tenemos en el resto del país.
SI , cuando fallece alguien normalmente se pasa a velar, sin tener que dejar, por ejemplo, de un día para otro. Todo debe ser mucho más inmediato: el velatorio, las flores, el servicio religioso. Por su parte las cremaciones se están incrementando, pero siguen superadas por la inhumación.
En los últimos años vivimos un verdadero “salto digital”, ¿cómo se están adaptando las funerarias gallegas a ese cambio tecnológico?
Hay de todo. Empresas a las que les cuesta más, pero todas están intentando adaptarse a ello. Hay ya muchas plataformas y ello nos obliga a estar familiarizados y actualizados. Un porcentaje alto de empresas pequeñas cuentan ya con su propia web, desde la que dar a conocer los servicios, ofrecer información adicional, esquelas…
¿Cómo se ha vivido la pandemia en esta zona?
Al principio, como para todos, era algo surrealista. Desde que empezaron a saltar los casos, sobre todo en Madrid, pasaron unos 15 días hasta que lo notamos aquí. Fueron días de ir sobre la marcha. Estábamos muy en contacto con compañeros de otros puntos de España que nos iban preparando y aconsejando, porque no teníamos los conocimientos ni las herramientas para enfrentarnos a ello. Fue muy difícil conseguir tanto EPIs como otros materiales. Cada día era una novedad y tuvimos miedo.
¿Sintieron el respaldo de la Xunta durante esos días? ¿Se notó esa colaboración?
Nuestro anterior presidente estaba en contacto diario con la Consejería de Sanidad y nos trasladaba todas las novedades que iban apareciendo. Entre unos y otros nos ayudamos mucho, sentimos respaldo día a día. Donde no lo tuvimos, y es una cuestión general, fue cuando no nos consideraron un eslabón más del eslabón sanitario. A la hora de hacer pruebas o ser vacunados no tuvimos un trato distinto al del resto de la población, al menos en Galicia. Ahí sí nos sentimos desprotegidos.
Lleva solo unos meses en el cargo (sucediendo a Antonio García), ¿qué objetivos se marca para la asociación a medio-largo plazo?
La primera es intentar que el asociacionismo sea real, apoyando a todos y cada uno de los socios y teniendo contacto directo con las administraciones. De esta manera podremos dar buena información a los socios.
Y, por otra parte, otro de los objetivos es la profesionalización del sector. Participar en cada una de las competencias que podamos tener para ofrecer un buen servicio y salvaguardar el bienestar del funerario, tanto a nivel laboral (convenios) como con burocracia.
No querría acabar esta entrevista sin mostrar mi máximo agradecimiento a Antonio García, ex presidente de APEFO, por la gran lucha que ha hecho durante estos años por el sector funerario en la provincia. Han sido épocas de grandes cambios y normativas, y ahí estuvo el anterior equipo de la asociación generando sinergias y lazos entre los socios.