Trabajan en primera línea del campo de batalla, en contacto directo con los cadáveres que el coronavirus deja a su paso. Sin embargo, los planes de vacunación no les tienen en cuenta. Los funerarios llevan meses reclamando ser vacunados, pero solo Aragón, Madrid y Cataluña lo contempla. El resto de trabajadores del sector en otras comunidades autónomas siguen exigiendo una vacunación que no llega. Así es el día a día de los funerarios sin vacunar.
Alta exposición a los fallecidos por covid y a los asintomáticos
Son el último eslabón de la cadena sanitaria y recogen fallecidos por covid todos los días, pero el plan de vacunación no cuenta con ellos. Al menos, por el momento. Eso a pesar de su alta exposición y del elevado riesgo de contagio. En cada desplazamiento pueden emplear hasta media hora en un espacio cerrado sin saber las medidas preventivas que se han tomado. Además, se exponen al contacto directo con personas que podrían ser asintomáticas, yen muchos casos la ventilación de los lugares a los que acuden es nula.
El presidente de la Asociación Española de Servicios Funerarios (Aesprof), Fernando Alcón, denunció en Informativos Telecinco que «parece que el sector funerario no importa». «No se nos escucha, o que no se nos quiere escuchar. Llevamos mucho tiempo pidiendo la vacuna a las comunidades autónomas, pero parece ser que hay reticencias a hablar del mundo de los muertos», destacó sobre la situación del sector.
Miedo entre los funerarios sin vacunar
El miedo, temor al contagio, desgaste y cansancio han hecho mella entre los funerarios en el último año. No solo manipulan a diario fallecidos, sin saber si son víctimas covid o no, sino que también se enfrentan a un gran número de familiares que pueden ser asintomáticos o no cumplir con todas las medidas de seguridad. Por ello, y a pesar de que están mucho mejor preparados que en la primera ola, los trabajadores reclaman una vacunación prioritaria.
El contacto del personal funerario con el virus es continuo día tras día. Sin embargo, la mayoría de las comunidades autónomas sigue sin tener en cuenta a estos trabajadores, que durante toda la pandemia han sido y siguen siendo imprescindibles.