Ha sido un proceso largo pero el sector, uno de los más castigados por la crisis del coronavirus, ha cumplido con creces. Se vivieron momentos muy duros, tal y como ha reconocido el Ministro de Sanidad, pero los trabajadores funerarios han sabido dar ejemplo y caminar de forma decidida hacia la nueva normalidad.
Y eso que la pandemia azotó con mucha fuerza a las funerarias, que vivieron situaciones de colapso y tuvieron que ir adaptándose a las normas que publicaba el Boletín Oficial del Estado (BOE) y que afectaron a funerales y velatorios de la siguientes manera.
Fase I
En mayo, cuando se permitió volver a celebrar funerales y velatorios, se limitó la asistencia a 15 personas en espacios abiertas y a diez en lugares cerrados, podrán recuperarse los velatorios. En los enterramientos y despedidas, además del ministro de culto, podrán estar presentes otras 15 personas. Y en los ritos religiosos se restringió la asistencia al 30% del aforo del lugar en el que se celebren.
Fase II
La desescalada siguió su curso y a finales de mayo se relajaron las restricciones que afectan al sector funerario. En ese momento, de este modo, se aumentó hasta las 25 personas en espacio abiertos y 15 en lugares cerrados el límite máximo de los velatorios y entierros.
Estos, además, pasaron a poder celebrarse en todo tipo de instalaciones, públicas o privadas. En los lugares de culto se consintió un aforo del 50% del espacio.
Fase III
Con la llegada de la Fase III a principios de junio, los velatorios pudieron realizarse con un máximo de 50 personas al aire libre y 25 en lugares cerrados. Y para los enterramientos o cremaciones se limitó la asistencia “a un máximo de cincuenta personas, entre familiares y allegados, además de, en su caso, el ministro de culto o persona asimilada de la confesión respectiva para la práctica de los ritos funerarios de despedida del difunto”.
Nueva normalidad
Con la nueva normalidad el BOE retiró las restricciones específicas para velatorios, funerales, crematorios y enterramientos. Aunque sobre ellos se aplica la normativa general de mantener la distancia de seguridad y evitar que se produzcan aglomeraciones.
A pesar de que el Gobierno de España ya no tiene una regulación específica para este tipo de eventos, las comunidades autónomas si que pueden aplicar medidas. Algunas de las más comunes, a las que se están recurriendo en varios lugares, consisten en limitar el aforo para evitar que se generen situaciones en las que sea imposible estar a más de 1,5 metros del resto de personas que participan en un acto.