Pese a no ser obligatorio, el certificado de profesionalidad es cada vez más demandando en el sector funerario
La formación ha sido hoy la gran protagonista en la última jornada de Funergal. Primero con la intervención de Pilar Rey (Formación Funeraria) acerca de la creación de recuerdos en el proceso del duelo perinatal y más tarde con la ponencia de Juan Diego Calderón (Formación Funeraria) en la que ha aclarado algunos de los puntos más importantes de los certificados de profesionalidad en la tanatopraxia.
“La labor del tanatopractor no tiene sentido sin una buena atención a la familia” comenzaba explicando para pasar a reseñar el “fracaso” que ha supuesto la normativa en cuestión de certificados de profesionalidad. “Solo un 2,4% de las personas que podrían estar acreditadas lo han hecho. No se ha conseguido llegar a todo el mundo”, ha destacado.
Una situación compleja, dada la gran importancia que la formación aporta en cualquier profesión, también en la funeraria. Un sector en el que no hace falta ningún certificado de profesionalidad para trabajar, pero en el que, aún así, cada vez más trabajadores lo demandan, tal y como ha explicado el ponente.
“Por ello, es nuestra obligación ofrecer esta formación, tanto a las personas que no teniendo obligación de formarse desean hacerlo, como a quienes no han podido hacerlo en su momento, reflexionaba Calderón, quien ha aprovechado los últimos minutos de la ponencia para agradecer la gran labor que los profesionales del sector han venido realizando, en especial durante la crisis de la Covid-19. Un homenaje que ha sido recibido con un caluroso aplauso por el público presente.