Ángel Cendán Graña, al frente de la funeraria, pondrá punto y final a la compañía tras más de tres décadas de éxito

Tras más de 30 años al frente de Funeraria Laloporto, Ángel Cendán Graña se jubila, y con él lo hace la funeraria. Toca descansar y poner punto y aparte a una empresa cuyos orígenes se remontan a 1902, cuando Juan Rodríguez Porto fundó la funeraria Porto. Así lo cuenta La Voz de Galicia, que repasa la historia de una funeraria que sería rebautizada como ‘Hijo de Porto’ y a la que, finalmente dio nombre el nieto de su fundador, Eduardo Rodríguez Núñez ‘Laloporto’.
Fue la hija de este último quien reclutó a Ángel en 1990 para unirse al equipo de la funeraria. Pocos meses después, la familia le ofreció comprar el negocio, oferta que no dudó en aceptar. Él describe para el diario su labor como «maravillosa» y valora profundamente la capacidad de brindar apoyo a las familias en los momentos más difíciles. Pero a finales de marzo, las puertas de Laloporto se cerrarán definitivamente.
Hasta entonces, la funeraria seguirá ofreciendo un servicio integral que abarca desde la recogida del cadáver hasta la preparación y vestimenta del mismo, así como su traslado al tanatorio y al cementerio, además de gestionar trámites y servicios como la publicación de esquelas y coronas de flores. En cuanto a las costumbres funerarias, Ángel observa que cada vez más personas eligen hacer el velatorio en el tanatorio, aunque todavía hay quienes prefieren hacerlo en casa, buscando un ambiente más íntimo y menos concurrido.
A pesar de tener cierto temor a la jubilación, reconoce que el contacto con el duelo le ha enseñado la importancia de disfrutar la vida mientras se pueda. Con ilusión, planea pasar su retiro en su casa de campo en Moeche, dedicándose al cuidado de sus animales. Preguntando por su última despedida, él lo tiene claro: «No creo en el más allá y me da igual que me incineren o me entierren. Que hagan lo que mejor les convenga los que se queden aquí».