En el año 2017, Disney sorprendía al mundo con una película muy especial, Coco. Especial porque, por primera vez, la productora ofrecía al público infantil una historia en la que la muerte, y la manera de afrontarla, es la protagonista absoluta.
En nuestro país, la muerte sigue viéndose como algo a ocultar, un tabú que difícilmente se explica a los más pequeños. Coco brinda la oportunidad de poder explicarles, a través de sus enseñanzas, qué es la muerte y cómo afrontarla.
La muerte como historia central de la película
La historia, ambientada en la cultura mexicana, trata desde los rituales funerarios (llenos de color y luz, a diferencia de a los que estamos acostumbrados en España), hasta ‘ese otro mundo‘. Esto es, un mundo mágico, ‘la Tierra de los Muertos‘ llena de esqueletos y fallecidos. Esto es debido a que la cultura mexicana asocia la muerte a la vida como algo indisoluble, celebrando el fallecimiento como el recuerdo de los que ya no están.
«La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo.»
Isabel Allende, escritora.
El hecho de tener presentes a los difuntos, más allá de su muerte, nos ayuda a aceptar la muerte como algo natural, y a sentir el duelo y sus fases de la manera menos traumática. Un visionado de la película con los niños permitirá acercarse al tema y explicar, de manera sencilla, el ciclo de la vida por el que todos los seres vivos pasamos.
Las lecciones sobre la muerte de ‘Coco’
Pero no solo es una película para niños y niñas. Puede ayudar también a personas que estén atravesando un momento complicado del duelo a entender y aceptar la pérdida, encajándolo de una manera más sana.
Cuando fallece un ser querido, existe un periodo de luto, pero siempre se debe recordar que el mejor homenaje que se puede realizar es continuar disfrutando de la vida y mantener vivo su recuerdo. Y precisamente esa es la segunda enseñanza de esta cinta, el saber que, más allá de la muerte física, olvidar a alguien supone su verdadera muerte. “Mientras les recordemos, seguirán vivos entre nosotros”.
Toda la trama discurre en los días próximos al Día de los Muertos, celebración que tendría su homólogo en nuestra cultura en el cercano Día de Todos los Santos. Con ello destaca la importancia de ciertas fechas y convirtiéndolas en oportunidades para disfrutar con familia y amigos recordando a los que ya no están.