La segunda jornada de Funermostra, la feria funeraria que tiene lugar estos días en Valencia, comenzaba con la mesa redonda ‘Los retos de futuro de los cementerios’ en la que se ha tratado de dar respuesta a varias incógnitas sobre la evolución de estos espacios. ¿Diversidad e integración? ¿Singularización e innovación? ¿Recuerdo y memoria? ¿Cultura y educación?, son algunos de los planteamientos que los distintos ponentes han tratado de esclarecer.
El primero de ellos en tomar la palabra ha sido Jordi Moreras, doctor en Antropología, investigador y profesor de la Universidad Rovira i Virgili. El experto ha defendido que los cementerios deben ser espacios memoriales, en los que se recuerde todo lo vivido. En especial, las muchas pérdidas sufridas en los momentos más críticos de la pandemia. “No solo hay que pensar en los futuros inmediatos de los cementerios, sino ver qué otras funciones (atención y cuidado) tendrán los cementerios, convirtiéndose en un mecanismo en el que las personas podamos mantener activa esa memoria”.
Su colega Cristina Ballenilla, psicóloga especialista en duelo, tomaba entonces el testigo para remarcar el gran punto de inflexión que ha supuesto esta pandemia en la sociedad a la hora de abordar la muerte. Por ello, para Ballenilla los cementerios deben convertirse en lugares que nos ayuden a gestionar el dolor y a poder recordar “no solo de forma individual, sino colectiva” nuestra historia para que “podamos avanzar y traspasar ese dolor”.
Era entonces el turno de Joan Ventura, director general de cementerios del grupo Áltima, quien contó a los presentes la experiencia del Cementerio Comarcal Roques Blancas, un espacio singular rodeado de naturaleza donde la fauna y la flora se integran con el recuerdo a las personas fallecidas.
Relativamente reciente (con poco más de 30 años de historia), el cementerio se localiza en un parque natural, adaptándose totalmente al mismo, sin grandes construcciones que puedan alterar sus ritmos. Bajo el paraguas de sus tres pilares: sostenibilidad, entorno e innovación, se ha convertido en un ejemplo de alternativa a los espacios tradicionales, donde la protección de la fauna, las sepulturas ecológicas y la concienciación social se unen.
Como ejemplo, Ventura explicaba que los perros que en ocasiones son abandonados en el lugar pasan a formar parte de la “plantilla”, acompañando a las personas encargadas de la seguridad en sus rondas de vigilancia.
Por último Jordi Vilá, gerente de la Empresa Municipal de Palma de Mallorca, explicaba las distintas obras de adecuación que han llevado a cabo en el cementerio municipal de Palma, adaptándolo a las nuevas necesidades y creando lugares de acogimiento y descanso que permiten a las familias “recuperar” un espacio hasta entonces obsoleto.