El estrés es habitual en el sector funerario. Tanto los empresarios como los trabajadores que desarrollan su actividad profesional en este tipo de negocios están sometidos a una serie de presiones que pueden llegar a afectar a su estado emocional.
El hecho de tener que lidiar con la muerte de forma constante, las situaciones traumáticas que en ocasiones se viven en tantatorios o funerales, y la necesidad de alcanzar la excelencia en cada servicio, son algunos de los factores que afectan en mayor medida a este tipo de especialistas.
Y aunque las funerarias españolas cuentan con un nivel muy alto de implicación y profesionalidad, como han vuelto a demostrar con la pandemia del coronavirus, no deberían bajar la guardia en aspectos como la prevención de riesgos laborales. Conviene tener muy presente la necesidad de cuidar la salud en el puesto de trabajo.
Pautas para combatir el estrés en el sector funerario
Tal y como recoge la ‘Guía de buenas prácticas para empresarios y trabajadores del Sector Funerario’, elaborada por la Asociación de Especialistas en Prevención y Salud Laboral (AEPSAL), estas son algunas de las medidas que pueden tomarse para combatir el estrés en el sector funerario:
- Formar al trabajador para el reconocimiento de aquello que puede generar el estrés así como sus efectos para la salud.
- Adiestrar a los trabajadores en el manejo de la distancia emocional con el usuario del servicio. En este punto es muy importante mantener un equilibrio entre la sobreimplicación y la indiferencia.
- Promover técnicas o habilidades de control del estrés y rabajar los efectos que sobre el individuo tiene estar sometido a esa presión.
- Asistencia profesional en caso necesario. Habría que identificar y resolver la problemática emocional y personal de los trabajadores.
- Contar con tiempos de descanso fuera del ámbito laboral.
- Participar en actividades que restablezcan la energía y le rejuvenezcan.
- Reforzar el bienestar físico, realizando frecuentemente ejercicio para reducir los síntomas de estrés y fomentar la relajación. Caminar, correr o montar en bicicleta son algunas de las actividades recomendadas.
- Reforzar el bienestar espiritual y emocional, compartiendo tiempo con amigos y familiares y participando en actividades que no estén relacionadas con el trabajo y le sean completamente placenteras.