El fallecimiento de una mascota supone un duro golpe que solo aquellos que han convivido alguna vez con un animal son capaces de comprender. Ante su fallecimiento, además, debemos plantearnos qué hacer con su cuerpo.
Si optas por la cremación, debes saber que la mayor parte de los servicios veterinarios municipales posee un sistema de horno crematorio, lo que permite dar a las mascotas un final digno. Antes de acudir a uno de ellos, es conveniente que revises el seguro que tienes contratado para tu mascota, ya que algunos de ellos cubren este servicio.
Opciones tras la cremación
De entre los tipos de cremación que podemos elegir para nuestras mascotas, la única que garantiza que las cenizas no estén contaminadas y sean entregadas en perfectas condiciones, es la cremación individual.
Actualmente son varias las organizaciones que prestan este servicio, que abarca desde la recogida del animal hasta la entrega de cenizas tras las cremación.
Optar por la cremación ofrece, además, la ventaja de poder contar con las cenizas de nuestras mascotas y elegir qué hacer con ellas. Una decisión muy personal, que va desde depositar las cenizas en un cementerio hasta conservarlas en algún lugar especial de la casa.
Cementerios de mascotas en España
Aunque no abundan, ya existen en España varios cementerios en los que depositar las cenizas de nuestro animal. Dos buenos ejemplos de ello son los de: ‘El Último Parque’ en Arganda del Rey (Madrid) y ‘L’última Llar’ en Tarragona (Cataluña).
El Último Parque es una extensión, situada entre pinares, viñedos y veredas en el que descansan más de 4.000 mascotas. Tal y como reza su web, «una residencia definitiva de aquellos fieles amigos del hombre que por esas cosas del destino han podido encontrar un bello lugar de reposo desde el que seguirán irradiando su silenciosa fidelidad, su juguetona presencia o su imponente respeto de guardianes«.
Por su parte, Última Llar cuenta con 7.665 m2 de instalaciones ajardinadas entre una gran variedad de flores y plantas. Fosas individuales, comunes y de cenizas se abren paso en un cementerio al que se accede a pie y que, por su característica situación «incita a la meditación, el reposo y el paseo».