En 1781 una epidemia de peste en el pueblo que asoló Pasajes (Guipúzcoa) provocó una gran mortandad entre la población, atribuida al hedor intolerable que exhalaban los cadáveres sepultados en el atrio de la iglesia parroquial. Este hecho obligó al gobierno de Carlos III a tomar una serie de medidas. La construcción del primer cementerio civil de España fue una de ellas.
Así, el Real Sitio de San Idelfonso (Segovia) se convirtió en el primer municipio en realizar las inhumaciones en un cementerio. Desde ese momento se convirtió en un ejemplo para muchos otros cementerios, que comenzaron a ubicarse en lugares apartados, bien ventilados, cercados y con una capilla en su interior.
¿Por qué se eligió este lugar para su construcción?
El objetivo de Carlos III y su gobierno era claro: aislar a los muertos de la población. Y la elección del lugar de este primer cementerio civil no fue al azar. El establecimiento definitivo de la Corte, la consolidación del trazado urbanístico, la presencia de personalidades importantes del mundo de la Corte y la posibilidad de que alguno de ellos falleciese allí, fueron razones de peso para construir el cementerio en el Real Sitio de San Idelfonso.
Se cree que las primeras personas inhumadas en este lugar fueron trabajadores de la Corte que no tenían posibilidades de costear el entierro. Este cementerio y el del Pardo fueron los únicos que todos los gastos acarreados los cubría la Corona Española.
Se cree que las primeros enterrados en el cementerio de San Ildefonso fueron trabajadores de la Corte que no tenían posibilidades de costear el entierro, cuyos gastos cubría la Corona.
Así era el primer cementerio civil español
El primer cementerio tenía un área de unos 49 metros de largo y 25 de ancho, con una singularidad , la puerta de acceso del cementerio concordaba- y concuerda- en la misma línea que la de la capilla y ésta con el altar. Fue un ejemplo arquitectónico para toda España y puede afirmarse que es el cementerio más fiel a los postulados ilustrados.
Hoy el cementerio de La Granja de San Ildefonso, como se le conoce, ya ha cumplido los 150 años.