Pese a que la tradición funeraria es percibida en España como un proceso de solemnidad y luto, perder a un ser querido se afronta de muy diversas formas en otros lugares del mundo. Existen tradiciones funerarias muy diferentes a las que estamos acostumbrados, exóticas y sorprendentes formas de reaccionar ante la muerte de un ser querido. Estas tradiciones, difícilmente entendibles las sociedades occidentales, tienen siglos de antigüedad. Te contamos tres tradiciones funerarias sorprendentes con las que conocer otras formas de vivir el duelo.
Entierros al estilo vikingo
Los entierros vikingos son una de las tradiciones exóticas más populares en el mundo funerario: se dejaban regalos junto al fallecido cuyo valor variaba en función del estatus de la persona protagonista. Estos eran de todo tipo y podían llegar incluso a levantarse espectaculares tumbas, como el famoso Barco de Oseberg, que data del siglo IX y todavía hoy puede visitarse en Oslo.
Ritos tribales
En Papúa Nueva Guinea una de sus tribus originarias -la etnia ndani- se mantiene ajena al turismo y la globalización. Estos indígenas tienen una de las tradiciones más sorprendentes en relación con el fallecimiento de miembros de su comunidad. Antes del sepelio, quienes sufren el duelo por la pérdida de familiares y seres queridos se amputan dedos de las manos como muestra del dolor que sienten. Así, la persona fallecida puede iniciar su viaje con un collar formado por dedos de sus personas queridas.
Cementerios colgantes
La tribu filipina Igorot practica un antiguo ritual de entierro en el que los hombres en vida tallan sus propios ataúdes y los muertos son colgados de un acantilado para acercarlos a la luz eterna. Al morir, su cuerpo se coloca dentro en posición fetal, con indumentaria de colores e insignias, para facilitar que sus antepasados lo reconozcan, según la fábula. Después, en lugar de inhumar a sus muertos, cuelgan los ataúdes en los acantilados para que lleguen más fácilmente al cielo.