Históricamente, nuestra sociedad ha tratado la muerte como un tema tabú, algo que, afortunadamente, está cambiando. Y es que cada vez son más las personas que, atraídas por un futuro laboral estable y en constante desarrollo, toman el sector funerario como una opción prioritaria.
En la entrada de hoy queremos recoger algunas de las profesiones que con más frecuencia podemos encontrar en el sector y que, en la mayoría de los casos, presentan atractivas salidas laborales.
- Técnico en tanatopraxia. Su función es la de la conservación temporal de los cadáveres. Se precisan altos conocimientos en la materia, ya que se trabaja con multitud de productos químicos. La formación necesaria para su desempeño depende de la legislación de cada Comunidad Autónoma.
- Técnico en tanatoestética. Es quien se encarga de la correcta adecuación del cuerpo. Incluye maquillaje, afeitado o arreglo de pelo y uñas. Es una profesión con mucha demanda y actualmente existen multitud de cursos para poder iniciarse o especializarse en esta práctica.
- Encargado de funeraria. Es la persona encargada de supervisar los preparativos en la ceremonia de entierro o cremación del difunto. Además, estará pendiente de los detalles y de todo lo relacionado para que el rito se lleve a cabo según lo establecido.
- Director de funeraria. Será el responsable de la organización y gestión de la funeraria, así como de sus empleados. Imprescindible poseer buenas habilidades de planificación y comunicación.
Un sector con grandes salidas laborales
- Operario de crematorio. La cremación es una tendencia al alza, por ello esta es una profesión cada vez más demandada. Su función es la de manejar los hornos crematorios. Con una buena formación (en muchos casos proporcionada por la propia funeraria), una persona sin conocimientos previos puede estar capacitada para el puesto en el periodo de un mes.
- Conductor de coche fúnebre. Encargado del transporte del difunto.
- Asistente emocional: Nuevo perfil que comienza a implantarse en algunas funerarias. Se encargará de ayudar y asesorar a las familias en los momentos más delicados.
- Psicólogo. Algunas funerarias incluyen este perfil en su plantilla para poder atender aquellos casos de especial complejidad.
- Recepcionista y personal de oficina. Se encargan de la atención telefónica así como de los trámites derivados del fallecimiento.
Aunque son perfiles entre sí muy distintos, tienen puntos en común. Todos ellos necesitan, además de la formación pertinente para su desempeño, disponer de empatía, seriedad y compromiso.
El trato con familias y amigos de los difuntos en siempre un momento delicado, que se ve recompensado por el agradecimiento de todos ellos ante el buen hacer. Y es por ello que son trabajos en los que se debe siempre buscar la excelencia.