El contacto con la muerte y todo lo que la rodea impone una serie de riesgos que los trabajadores funerarios tienen que afrontar cada día. Se trata de inconvenientes, muy parecidos a los que afrontan quienes acuden a hospitales y centro de salud, y que pueden implicar efectos emocionales severos. Lidiar con cadáveres, por ejemplo, es una de las cuestiones que tiene un mayor impacto y para la que no sirve todo el mundo.
Pero no termina ahí la cosa. En este tipo de puestos de trabajo se deben prevenir también la previsión de enfermedades como hepatitis, tuberculosis o VIH, en el caso de los empleados que están en contacto con los cuerpos. Labores en las que en ocasiones se emplean, además, productos químicos que pueden llegar a ser peligrosos si no se manipulan con profesionalidad.
Proteger el cuerpo y la mente de los trabajadores funerarios
Un estudio elaborado por la Asociación de Especialistas en Prevención y Salud Laboral (AEPSAL), de este modo, recoge los principales riesgos que deben afrontar los trabajadores de un sector en los que hay muchas tareas en las que se deben extremar las precauciones.
Riesgos físicos
Los principales escollos, más allá de los que ha traído consigo la pandemia del coronavirus y que exigen un protocolo específico, tienen que ver con la posibilidad de que se produzcan daños físicos. Se derivan de las tareas diarias y son más altos en aquellos puestos que implican labores como la manipulación de cargas:
- Caídas al mismo nivel por tropiezos o resbalones
- Caídas a distinto nivel
- Caídas de objetos por desplome o derrumbamiento
- Caídas de objetos en manipulación
- Choques y golpes contra objetos inmóviles
- Choques y golpes contra objetos móviles
- Cortes
- Contactos eléctricos
- Atropellos y accidentes de tráfico con vehículos
Además, existen otros relacionados con los productos químicos que emplean profesionales como los embalsamadores. En el apartado biológico, virus -el coronavirus y muchos otros-, parásitos o bacterias obligan a los trabajadores funerarios a mantener la guardia alta.
El enfrentamiento de la muerte, además, puede derivar en problemas psicológicos debido a la importante carga mental que se afronta en el sector. Más aún en situaciones de colapso como la que se ha vivido en los últimos meses y que se agravan con el escaso reconocimiento social del que gozan este tipo de tareas.