«Funergal nos sirve para cogerle el pulso al mercado, hace que te renueves y te obliga a mejorar»
«Nos ha perjudicado la crisis de los semiconductores»
El desarrollo de un vehículo funerario es un trabajo que implica un alto nivel de precisión. No son vehículos que salgan de fábrica tal y como los vemos, sino que tienen que pasar por un proceso de adecuación de alto nivel. En Indusauto recogen ese vehículo, lo alargan, realizan pruebas de seguridad en laboratorios especializados y garantizan que ese coche cumple con todas las exigencias. Vicente Gíner, reponsable comercial de la casa, nos cuenta cómo es ese proceso y los planes de futuro de Indusauto, que pasan, inevitablemente, por el motor eléctrico.
Después de dos años de ausencia, vuelve un Funergal. ¿Es especial para vosotros?
Ya son dos años sin acudir, aunque ya fuimos a Valencia. Nos ha ido muy bien siempre allí, nos gusta mucho.
¿Qué significa para vosotros ir a Funergal?
Qué duda cabe de que sirve para cogerle el pulso al mercado. Independientemente de que nuestro equipo comercial esté viajando y en contacto con el cliente, un evento de estas características – donde en un mismo punto hay una aglomeración de clientes españoles y europeos – beneficia mucho los contactos. Hace que te renueves y te obliga a mejorar.
¿Cómo os ha afectado la pandemia en Indusauto?
Nos ha golpeado directa e indirectamente. Indirectamente por el suministro de vehículos, puesto que carecían de semiconductores. La producción de estos elementos es en China, Taiwan y Corea, no hay fabricantes en Europa. Mercedes, por ejemplo, tiene que cerrar periódicamente alguna planta porque no hay semiconductores para poder entregar coches.
Desde que se pide un coche, y nosotros tenemos unos plazos de ejecución especiales, hasta que se recibe pasan ocho o diez meses. No es como antes, que era todo mucho más fluido. Esto perjudica mucho.
Hacéis un trabajo muy complicado para adecuar los vehículos para su uso funerario, ¿cómo es ese proceso?
Nosotros trabajamos varias marcas y sólo lo hacemos con las que estamos homologados. Es decir, previamente hemos cogido un prototipo, lo hemos llevado al laboratorio, los hemos tenido meses haciendo pruebas de frenado, crash test, etc… De esa forma nos homologamos con la marca, no perdemos la garantía.
Solamente la marca de Mercedes nos lo entregaba alargado de origen. Había una empresa que homologaba una o dos empresas carroceras en cada país y nosotros éramos una de ellas. El chasis venía desguazado: venía sin asientos traseros, sin techo, sin puertas… Sólo la parte frontal venía intacta, el resto lo hacíamos nosotros. Pero esta empresa entró en concurso de acreedores hace tres años y tuvimos que asumir nosotros todos los permisos para asumirlo todo.
Actualmente tenemos tecnología punta y toda esa labor la realizamos nosotros, cuando llega un coche y entra en la línea de carrocero. No es el Mercedes tradicional. Nosotros, entonces, cortamos y alargamos. Esos procesos están totalmente examinados por los laboratorios.
¿Qué planes tenéis en Indusauto de cara a corto, medio y largo plazo?
Estamos implantando el tema de los vehículos eléctricos. Todavía no hay un porcentaje muy elevado que demande este tipo de vehículos, pero no hay duda de que es el futuro. No hay más que ver, por ejemplo, Madrid, con las normativas para circular en el centro. Las exigencias de etiqueta ECO o 0 afectan a todo el mundo, al sector funerario también. Poco a poco el diésel y la gasolina van a ir en declive.
Coger un eléctrico 100% hoy no es, aún, una opción factible. Nosotros los estamos vendiendo, pero es otro concepto. Es para gente que lo tiene exclusivamente para su servicio, que sabes que no va a salir de su comunidad. Muchas compañías hacen servicios de traslado de punta a punta de España. Hoy esto es impensable con un eléctrico, no hay definida una red de carga en toda España.
Toda esta tecnología está creciendo a pasos agigantados y, dentro de seis o siete años, habrá cambiado mucho.