El aumento de muertes provocadas por la COVID-19 ha provocado la escasez de espacio en las morgues y ha retrasado los funerales en el Reino Unido, un país terriblemente golpeado por el virus. En Essex, donde la funeraria Floyd & Son desarrolla su actividad, se han tenido que tomar medidas extraordinarias para resolver este problema y hacer frente a la pandemia.
“Es la única forma que tenemos de hacerlo”, cuanta Dean Floyd, responsable de la empresa, para explicar por qué ha recurrido a camiones refrigerados para almacenar los cuerpos. Se ha quedado sin espacio en unas instalaciones saturadas y no ha tenido más remedio que poner en marcha esta impactante medida.
Este funerario cuenta que normalmente recogen unos 10 cadáveres al días pero que la carga de trabajo se ha disparado con el coronavirus. “Desde el viernes hasta el lunes nos llegaron 142 cadáveres”, explica.
Un virus que afecta también a los jóvenes
“Es triste. Hay mucha gente que no debería estar aquí, se van demasiado pronto”, lamenta Dean Floyd a la par que describe que personas de todas las edades, muchas de ellas jóvenes, llegan cada día a su funeraria víctimas de la COVID-19.
Desde la empresa cuentan a la BBC, asimismo, que el proceso de despedida por parte de las familias se ha alargado de forma notable, con el tormento que eso supone para los seres queridos. “Lo que antes tomaba una semana ahora lleva dos o incluso tres”, resaltan.
Fortaleza mental para una situación muy complicada
“Rezo para que llegue el día en que todo esto pase y volvamos a la normalidad. Y cuanto antes ocurra, mucho mejor para todos”, resalta Dean Floyd, que destaca la fortaleza mental necesaria para hacer frente a una situación tan complicada que le ha llevado a almacenar hasta 400 cadáveres.