Ya no queda ninguna comunidad en el país en fase cero. La desescalada avanza y, con diferentes restricciones, ya pueden celebrarse en toda España velatorios y funerales. Y también otros ritos de despedida. Respetando en todo momento, eso sí, las normas de higiene, la distancia de seguridad y la limitación de aforos.
Esta circunstancia implica que las funerarias pueden retomar con cautela todas aquellas actividades que implican la presencia de familiares. Y ha supuesto también un balón de oxígeno para muchos otros negocios. Un empujón extra para otros que se encuentran también estos días de camino a la ‘nueva normalidad’ y arrancando de nuevo sus negocios.
Un sector del que ‘viven’ muchos otros
También por el efecto de arrastre que tiene el sector funerario. Tal y como se destaca en un estudio elaborado por Panasef (Asociación Nacional de Servicios Funerarios) el precio final de un servicio funerario está compuesto en un 51,5% por el valor de los servicios funerarios en sentido estricto. Otro un 15% de ese coste se debe a lo que se conoce como servicios complementarios. Esto abarca certificados y tasas, iglesia, coronas, lápidas, esquelas… Un 16,5%más proviene de los costes del destino final (inhumación o incineración). Y el 17% que falta corresponde a los impuestos indirectos (IVA).

Uno de los factores que permiten darse cuenta de esa capacidad tractora que tienen las funerarias está en los cementerios. Con su reapertura, lucen de nuevo cargadas de flores, ya que la venta de este tipo de productos depende en buena medida de la actividad del sector funerario.
Pero hay muchos otros agentes económicos que se benefician de la vuelta de velatorios y funerales. Estos son algunos de los que dependen en mayor medida de ellos:
- Administración Pública
- Restauración
- Médicos
- Psicólogos
- Forenses
- Prensa/Radio
- Marmolistas
- Iglesia
- Cementerios
- Crematorios
11.510 trabajadores directos y muchos empleos indirectos
Todas estas actividades que se concentran en torno a las funerarias las confirman como negocios capaces de generar muchos empleos indirectos. De ahí el impacto extendido para la economía en general de un sector que en 2018 contaba con 11.510 trabajadores. De ellos 3.062 eran mujeres y 8.448 hombres, lo que supone que un 26,60% de chicas y el 73,40% de varones.