El fuerte alza del dólar, con picos máximos en los últimos días, ha puesto en jaque a la industria funeraria en Brasil. Su escalada ha impulsado las exportaciones y el desvío al exterior de la madera, en el momento en el que el país atraviesa la peor fase de la pandemia. Esto ha hecho que el mercado local se quede sin madera y, por tanto, las funerarias sin ataúdes. El sector asegura vivir su particular estado de alarma

Las funerarias creen necesario elaborar un plan de emergencia
Tal y como alertó la Asociación de los Fabricantes de Urnas de Brasil (AFUB) en un comunicado, «habrá nuevamente restricción de ciertos modelos de urnas» y el abastecimiento «es incierto». De igual manera, la Asociación de Empresas y Directores del Sector Funerario (Abredif), cree necesario que las funerarias elaboren «un plan de emergencia» frente a la situación.
De hecho, el titular de la entidad, Lourival Panhozzi, fue más allá y llegó a «retar» al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, para que fuera sepulturero por lo menos un día. Pero Bolsonaro, uno de los líderes mundiales más escépticos frente a la gravedad de la pandemia, que en Brasil viene rompiendo récords diarios de muertes y contagios, llegó a decir a periodistas que él no era «sepulturero» al ser preguntado.
Alertan del caos en las funerarias de Brasil
La situación para el sector es realmente complicada. La industria funeraria del estado de Bahía, el cuarto más poblado de Brasil, levantó una señal de alerta al anunciar la semana pasada que con la escasez de materia prima y el creciente ritmo acelerado de muertes, las existencias para cubrir la demanda se acabarán en tan solo dos meses.
Nelson Pitanga, dueño de la funeraria Pax Campo de Saudade, de Salvador, «todo es una cadena, porque si falta materia prima para el fabricante, va a faltar para nosotros y a este ritmo no sé si llegaremos hasta finales de abril sin entrar en colapso, y por lo que estoy viendo eso va a afectar a todo Brasil».