Los trabajadores funerarios realizan una labor fundamental para la sociedad. Los servicios que prestan son esenciales en la cadena sanitaria. Y algunos de los productos que fabrica el sector, como los ataúdes, tienen una tremenda importancia. Ha tenido que desencadenarse una crisis de grandes proporciones, empujada por una pandemia, para que toda la población se diese cuenta de que estas cuestiones son vitales para nuestra sociedad.
Porque el coronavirus ha tenido un gran impacto en la percepción que tiene la población de este tipo de establecimientos y artículos, que han ganado un prestigio que hasta entonces no se les había reconocido. A pesar de que siempre lo han tenido por el papel que juegan en el último eslabón de la cadena sanitaria.
Ataúdes de bajo coste como respuesta a la crisis
Ante las dificultades para producir al ritmo que exigía la pandemia, en muchos países se recurrió a materiales más baratos y técnicas de fabricación más sencillas para tener suficientes ataúdes. Y también se buscaron alternativas para todas aquellas personas que no podían permitirse uno para sus familiares.
En diversos lugares del mundo, como América Latina o India, de este modo, se recurrió al cartón para dar respuesta al impresionante aumento de la demanda que provocó el coronavirus. Y se entregaron incluso cajas funerarias de forma gratuita. Algo que cambió por completo la percepción de este tipo de cuestiones, otorgándole a ojos de toda la sociedad la importancia que realmente tienen.
Ataúdes fabricados en España
Y aunque en España el suministro ha estado garantizado en todo momento, el virus también impuso un ritmo mucho más alto de trabajo. Desde la Asociación Española de Fabricantes de Ataúdes de Madera y Derivados (Iberataud) calcularon que la producción de féretros en nuestro país aumentó un 50% desde que comenzó la crisis sanitaria.
Una circunstancia a la que el sector tuvo que adaptarse ampliando sus plantillas y optimizando sus procesos. Siempre respetando la calidad de los materiales y la excelencia de la fabricación. Dos requisitos que no se cumplen en todas partes y que han llevado a Iberataud a pedir a Consumo que certifique la procedencia de los ataúdes para dar tranquilidad a las familias.