El embalsamador mexicano ofreció una webinar de la que pudieron disfrutar los socios de AESPROF
Miguel Ángel Rodríguez ofreció el pasado jueves una la webinar ‘Casos de edema e ictericia y desarrollo de la fórmula de manejo del formaldehído’ para los socios de Aesprof. Una interesante sesión donde el embalsamador y formador en AHABER compartió su experiencia desde México. Hablamos con él sobre su labor, el sector, y las diferencias y semejanzas en la tanatopraxia llevaba a cabo en España y en México.
¿Cómo surge esta colaboración?
Seguía a AESPROF tiempo atrás, habíamos contactado y, gracias a Ángel López y Fernando Alcón hablamos y cerramos esta webinar. Agradezco mucho a Aesprof está oportunidad que me han brindado de poder compartir con colegas parte de mi experiencia.
¿Por qué es importante ofrecer este tipo de formaciones?
En el mundo de la tanatopraxia hay infinidad de métodos, unos comprobables y otros mal sustentados. Para mí es muy importante hablar de la práctica profesional con cuestiones evaluables y bien sustentadas.
En este caso la ponencia ha estado centrada en los casos de edema e ictericia y en el desarrollo de la fórmula de manejo del formaldehído.
Sí. Hemos tocado varios temas: el manejo de soluciones en formaldehído, como comentas, en el que hablamos de porcentajes y concentraciones específicas para cada caso. También de casos de ictericia, cada vez más comunes y de los métodos más efectivos en caso de edema: cómo tratarlos y qué tener en cuenta a la hora de abordarlos.
En España se lucha por conseguir una formación reconocida y específica en este campo, ¿cómo es la situación en México?
Está regulada y de hecho la formación es común. Hay una ley que rige quien puede embalsamar un cuerpo y el Gobierno está poniendo más énfasis, sobre todo desde la pandemia, en controlar que todo se haga de forma correcta en los tanatorios.
Una de las cuestiones que está sobre la mesa es que en este campo es habitual que los profesionales aprendan del antiguo trabajador del centro, por lo que también aprenden algunos métodos empíricos. Sin embargo, también es cierto que cada vez hay más gente joven interesada en este sector que quieren mejorar y acuden a formaciones y seminarios para seguir aprendiendo.
¿Hay alguna diferencia en cuanto a la tanatopraxia que se lleva a cabo en México y en España?
En México quizá es más común llevar a cabo ciertas prácticas que en España, donde en muchos casos al cuerpo se le aplica un tratamiento muy básico. En ese sentido, puede que esté más avanzado. Nosotros no contamos con tantas cámaras frías para la velación del cuerpo, por lo que necesitamos sí o sí del embalsamamiento.
En cuanto a la cuestión teórica creo que ambos países están a la par.
¿Cómo es su experiencia como formador? ¿Cómo comenzó en el sector?
Las personas a las que formamos tienen un perfil ya profesional, es decir, ya vienen de otros cursos y acuden a nosotros para pulir ciertos aspectos. De hecho mi nicho de alumnos no son principiantes.
Entré en el sector porque mi familia tenía una funeraria, así que toda mi vida he estado cerca del gremio funerario. Siempre hubo un interés en mí, desde niño, en mejorar ciertos aspectos en los que veía que hacía falta un ‘plus’. Y poco a poco fui formándome para tratar de aportar mi visión al sector.