El proceso consiste en dejar que los microbios descompongan el cuerpo
Nueva York autorizó el pasado 31 de diciembre el compostaje humano, esto es, que las personas puedan transformar sus restos en abono tras el fallecimiento. Según informa la revista DW, la medida ya está aprobada también en Washington, Colorado, Oregón, Vermont y California.
El proceso, como recordábamos en innovaFuneraria hace unos meses, consiste en dejar que los microbios descompongan el cuerpo, colocado en un recipiente cerrado de acero y cubierto con materiales orgánicos como paja, astillas de madera y alfalfa. Se va girando el cadáver para que la descomposición sea equilibrada. Dura unos 30 días, luego se deja reposar durante dos a cuatro semanas, después de las cuales los familiares podrán usarlo como abono, para enriquecer los lechos del jardín, plantar un árbol, etc. Se calcula que cada cuerpo humano equivale a aproximadamente 0.76 metros cúbicos.
Puede ahorrar una tonelada de carbono
Como informa DW, Recompose, una empresa funeraria estadounidense, estima que este servicio puede ahorrar una tonelada de carbono en comparación con una cremación o un entierro tradicional. Sin embargo, el proceso no es barato y puede ascender a los 7000 dólares, un precio comparable a la cremación o el enterramiento.
Sin embargo, al contrario que en los entierros tradicionales, en la reducción orgánica natural se prescinde de la madera u otros materiales, lo que la convierte en una opción más ecológica, como alegan sus defensores.