Hablamos con la tanatopractora y formadora Silvia Cebrino: «Muchos profesores no tienen las cualidades necesarias para impartir tanatopraxia»
«A la gente de fuera del sector les prometen un sueldo de ministro y una bolsa de empleo fija. No es así»
Silvia Cebrino tiene 31 años y tiene el certificado profesional en tanatopraxia (técnica de conservación temporal de los cadáveres). Lleva cerca de diez años aprendiendo y ejerciendo, además de dar cursos sobre esta disciplina por toda España para varias empresas.
¿Cuál es el nivel de docencia de tanatopraxia en España?
“Bajo mi punto de vista, lo veo deficiente. No hay una regulación específica de materia docente destinada a todos los centros de formación por igual. Por tanto, cada centro da la formación que considera oportuna. No existe ninguna ley sobre qué profesionales deben impartir esta formación, por lo que muchas veces los que la imparten no tienen las cualidades que hay que tener. Hay carencias en las prácticas porque casi a ningún tanatorio le gusta, se dan sesiones muy escasas de diez días o de diez cuerpos. Al no estar regulado, hay mucha carencia».
«Nos hemos quedado en la tanatoestética y no todo vale»
¿Cuáles son las referencias internacionales más importantes de esta disciplina?
Para mí, Francia. Cursé allí mis estudios de embalsamamiento y ha sido mi ejemplo a seguir siempre. Me gusta cómo trabajan, la elegancia y lo muy formados que están. Tienen una formación muy dura, fueron exámenes muy duros y el haberlos conseguido me hace sentir orgullosa. Soy de las personas que defienden un trabajo de tanatopraxia y no de tanatoestética únicamente. Porque en España los tanatopractores solo nos dedicamos a la tanatoestética (dotar de mejor aspecto al fallecido). Cualquier país del mundo está más avanzado en esto que España. Nos hemos quedado en los años 80, con una ley de sanidad mortuoria obsoleta y considero que nuestro país se ha quedado muy atrás en cuanto a la tanatopraxia. Nos hemos quedado en la tanatoestética y no todo vale.
¿Qué cualidades debe tener un tanatopractor?
«Lo primero es ser trabajador. Tienes que soportar muchos cambios de turno y tienes que estar dispuesto a darlo todo por el trabajo. Tienes que tener sensibilidad y empatía a la hora de trabajar con el difunto y, muy importante, tener sensibilidad y empatía con la familia. Estar formado es esencial y también tienes que tener ganas de seguir formándote. Porque siempre salen productos nuevos, técnicas nuevas. Y tener disponibilidad.
¿Cuáles son las principales barreras que hacen que una persona que trabaje en el sector se anime a cursar tanatopraxia y posteriormente ejercerla?
El tiempo, la conciliación familiar. También la economía, porque son cursos caros. Mucha gente dice que se aprende trabajando. Yo estoy en contra porque hay que saber por qué y para qué haces este trabajo. Claro que si alguien te enseña puedes hacer un oficio, pero es imprescindible la formación.
¿Hay una demanda creciente de esta profesión?
Sin lugar a dudas, hay un aumento. Les prometen sueldos prácticamente de ministro y bolsa de empleo fija. La gente que esta fuera del sector piensa que es un trabajo que no les va a faltar y que van a cobrar bastante. No es así.
«La duda más importante de los alumnos es si van a valer para el puesto de trabajo»
¿Es necesaria una formación profesional oficial de tanatopraxia?
Es esencial y el primer paso para regular este sector que esta un poco en el limbo. Si queremos crecer como país y como profesión, creo que España se queda muy atrás si no implementa una formación profesional lo antes posible.
¿Trabajaste durante el confinamiento?
La primera complicación fue que el Ministerio de Sanidad prohibió realizar trabajos de tanatopraxia, así que me han tenido que destinar a otros puestos del sector. Cada día ha sido un autentico desafío, no ha sido fácil y había falta de medios. Eso sí, siempre hemos tenido mascarillas y guantes, eso ha sido esencial. Hemos reutilizado los monos tras desinfectarlos, como gran parte del país. Había falta de horas en el día, miedo, tristeza, me cuesta encontrar las palabras. La duda más importante de los alumnos es si van a valer para el puesto de trabajo»
¿Qué dudas surgen habitualmente entre tus alumnos cuando impartes la formación?
Les cuesta comprender el trabajo en general. Al principio, tú explicas la teoría con las imágenes de la práctica en la mente, pero ellos, al no haberla realizado todavía, reaccionan con bastantes dudas. La gente tiene dudas sobre cómo es el trabajo en general, cómo reacciona la piel, los tejidos o cómo funcionan los productos que usamos. La duda más importante de los alumnos es si van a valer para el puesto de trabajo. Si les va a dar impresión, miedo, respeto etc.