Los conductores de coches fúnebres y los trabajadores del cementerio. Cuando hablamos de trabajadores funerarios esos son los dos perfiles en los que las personas ajenas al sector piensan más a menudo. Una asociación que tiene poco que ver con la realidad de una actividad profesional que obliga en España a cerca de 12.000 personas que realizan tareas muy diversas.
Desde labores administrativas relacionadas con los decesos al embalsamamiento pasando por la gestión de eventos. Las funerarias y todo lo que las rodean, además, suponen un servicio esencial que no cuenta con todo el reconocimiento social que merece. Ante una situación de la gravedad sanitaria como la pandemia del coronavirus, por ejemplo, ha quedado patente la tremenda importancia de los trabajadores funerarios. Estas son algunas de las profesiones más demandadas y las áreas en las que desarrollan su actividad la mayor parte de los empleados.
Empresa y servicios funerarios
Como en cualquier otro negocio, en las empresas funerarias existe toda una serie de gestiones relacionadas con el funcionamiento general que deben ser atendidas. En esta parte del trabajo se reúnen desde las personas que realizan la atención al cliente hasta las que se encargan del cobro de las facturas. Comprende todas las actividades de administración y del día a día necesarias para mantener el establecimiento.
Operarios crematorios
En el sector funerario se emplean algunos instrumentos que deben quedar en manos de profesionales expertos. Entre ellos se encuentran los trabajadores que manejan los hornos crematorios. Y también los conductores de los vehículos en los que se trasladan los ataúdes. Deben especializarse para tratar de forma adecuada las herramientas con las que trabajan y conocer muy bien procesos como la carga o el desplazamiento de cajas funerarias.
Tanatopraxia y tanatoestética
En las áreas de tanatoestética y tanatopraxia ejercen su actividad las personas que se dedican a preparar el cadáver. Esto engloba desde el maquillaje a tareas como el embalsamamiento y la reconstrucción. Estos profesionales tienen un alto grado de especialización y deben tener, entre otros, conocimientos de bioseguridad para impedir contagios de virus o bacterias.
Expertos en fiscalidad y gestión de eventos
Cuando fallece una persona se deben realizar toda una serie de trámites administrativos que pueden complicarse mucho si no se cuenta con los conocimientos adecuados. Hay que gestionar cuestiones como herencias o testamentos y tratar con las administraciones públicas. Para preparar los velatorios y ritos de despedida, además, se necesitan también profesionales de la gestión de eventos pendientes de que todo salga bien y de responder a las necesidades de las familias.
Las funerarias, un motor económico
Además de generar puestos de trabajo para todas estas profesiones, conviene tener muy en cuenta que el sector funerario es un motor económico muy importante. De su actividad, de este modo, dependen muchos otros negocios. Como pueden ser floristerías, gabinetes psicológicos o compañías marmolistas.