«En nuestra cultura no estamos acostumbrados a esperar el tiempo necesario para realizar un trabajo de calidad, y en algunas ocasiones, esos tiempos nos dificultan conseguir el objetivo marcado»
Rosana Abós es gerente en Servicios Funerarios La Hispanidad, marmolista en Mármoles Artísticos de Aragón y vocal en la Asociación Española de Profesionales de los Servicios Funerarios (Aesprof). Cuenta que nació en el sector, y es que en su niñez, siendo su padre funerario, “jugaba entre féretro y féretro”. Reivindica la formación como el pilar de un buen servicio, y por ello ha viajado dentro y fuera de España aprendiendo con algunos de los mejores profesionales.
¿Cómo fueron sus inicios en el sector funerario?
Mi padre ha sido funerario toda la vida, así que prácticamente me he criado jugueteando entre féretro y féretro. Al principio fui ayudando en el tema de facturación y más tarde acompañándole a los servicios. Compaginaba el trabajo con los estudios de estética, que era lo que me gustaba y que ha sido de gran ayuda en tanatoestética . Poco a poco fui formándome, mi primeros cursos fueron en la Universidad de Medicina de Murcia con Fernando Alcón y después con muchos otros ( La Coruña con Aion, Badalona con Jaume Prat, Tenerife con Luis Cruz, Barcelona con Jean Monceau, Budapest con Antonio Navarro y Nayara Zugazaga…). Pero nada tan satisfactorio como la certificación de Tanatopractora en Galicia.
¿Cómo es el trabajo en una funeraria familiar, como la suya?
Como casi todo, tiene sus pros y sus contras. La gran ventaja con la que contamos es que se nos permite empatizar con cada familia o cada historia de una manera mucho más humana. Creamos un vínculo especial con las familias, porque las acompañamos desde el inicio hasta el final.
Hasta qué punto es importante la formación en el sector.
Es fundamental e imprescindible, de la mano de la parte práctica que te permite adquirir experiencia. La formación no solo te enseña las tareas fundamentales, sino que también te facilita otros aspectos como tener una postura que transmita tranquilidad, un tono de voz que sugiera confianza y te enseña a observar y realizar una escucha activa para poder ofrecer todas aquellas respuestas que se nos plantean en un momento concreto.
Muchas veces las personas no se dan cuenta del papel del funerario y de un buen servicio hasta que pasan por ello.
Para mí, es muy importante la última imagen, porque es el recuerdo que conservan los familiares de un ser querido; en ese momento intervienen un montón de sensaciones y emociones que no debemos dejar en descuidadas, esos pequeños detalles son los que marcan la diferencia. En nuestra cultura no estamos acostumbrados a esperar el tiempo necesario para realizar un trabajo de calidad, y en algunas ocasiones, esos tiempos nos dificultan conseguir el objetivo marcado.
Desde sus comienzos, ¿ha visto una evolución dentro del sector?
La digitalización y profesionalización del sector es evidente, junto a la mejora y variedad de productos para realizar nuestro trabajo. Otro aspecto a destacar que me alegra enormemente, es el aumento de mujeres en un sector masculino hasta hace unos años.
¿Qué debe tener un buen funerario?
Indudablemente la formación es imprescindible. Realmente un poco de todo y un mucho de pocas cosas, algo muy importante para mí es la resiliencia, responsabilidad, empatía, paciencia y comprensión, además de ser capaz de solucionar aquellos problemas que te plantean las familias en el menor tiempo posible.
Tenemos derecho a sentirnos mal, como todos, a no tener nuestro mejor día, pero eso debe quedarse en casa, nuestro trabajo consiste en facilitar esos momentos llenos de emociones a las familias y eso no nos permite cometer errores.
Una mujer en un sector, aún, de hombres. ¿Cómo percibe esta situación? ¿Poco a poco se va incluyendo la mujer?
Cuando empecé había muy pocas mujeres en el sector, ahora se están empezando a ver cada vez más. Recuerdo que antes, cuando iba a un servicio, me preguntaban cuando llegaba el compañero, ahora se toma como algo más natural.
Siempre hemos sido una empresa en la que la plantilla ha sido superada en número por mujeres, no por ideología sino por sentido común, las personas que más se identificaban con nuestros valores se han quedado, independientemente de su género.
Por casualidad siempre hemos formado equipos mixtos, en nuestro caso concreto las compañeras son muy femeninas y aportan un toque extra de delicadeza, junto a los compañeros que suelen preocuparse más por su físico, cosa que a nosotras nos viene estupendo cuando “la maña” debe ser superada por la fuerza.
Cada vez más se busca lo eco, tanto en los materiales como en las ceremonias, ¿habéis notado esta tendencia en la funeraria?
Cada vez más, las familias suelen interesarse por aquellos componentes que no contaminan a la hora de incinerar, pero no prestan la misma atención en cuanto a la elección de la urna.
Quizás dependa del destino final; si va a descansar en algún panteón o nicho familiar, no es lo mismo que cuando la voluntad del finado es descansar en la naturaleza, en la que se interesan por urnas biodegradables.
¿Dónde está la gran apuesta ahora mismo de las funerarias: nuevas tecnologías, nuevos servicios, adaptarse a una sociedad más joven…?
Las nuevas tecnologías lo son todo. La digitalización del sector y de los organismos públicos te induce a informatizarlo todo. Personalmente, creo que se perderá esa cercanía, es algo que hemos aprendido en la pandemia, pero a su vez ganamos tiempo y eficacia que también está bien.
¿Qué consejo le darías a quien está empezando a trabajar en el sector?
Que se formen, que siempre traten con el máximo respeto, con mucha delicadeza y con mucho tacto tanto a los fallecidos como a sus familias. Que sean honestos, son momentos muy delicados, nuestro mayor valor está en acompañarlos y facilitarles el proceso del duelo, en un momento en el que se encuentran muy vulnerables en la pérdida del ser querido.
Y que faciliten el camino en este momento para que las familias no se sientan pérdidas, a la vez que les explican cuales van a ser los pasos a seguir, de una manera humilde para que ellos se sientan arropados y tengan la confianza de resolver todas sus dudas.