Los funerales y velatorios han estado muy restringidos durante el estado de alarma y la desescalada, lo que ha privado a muchas personas de la posibilidad de organizar despedidas para sus amigos y familiares. La gran cantidad de personas que suelen acudir a este tipo de actos y el riesgo de contagio eliminaron por completo esta posibilidad ante el riesgo de contagio que existe en las grandes aglomeraciones.
Con la llegada de la nueva normalidad, por lo tanto, se han retomado todas esas citas pendientes y han vuelto los funerales. De ahí las imágenes que se han visto a lo largo de los últimos días se han visto, por ejemplo, a la puerta de las iglesias.
Personas con mascarillas, guardando la distancia de seguridad -en la mayor parte de los casos- y respetando los recortes del aforo, reunidas para rendir homenaje a gente muy querida para ellos. Y sucesión de ceremonias, incluso en el mismo día, par poder dar respuesta a toda la demanda. Una escena que se ha repetido por todo el país.
Otras formas y despedidas
La imposibilidad o las restricciones que durante el estado de alarma y la desescalada han limitado la celebración de velatorios y funerales, además, han impulsado otro tipo de despedidas.
Servicios como el que ofrece ‘Gijón al mar’, de este modo, crecieron en importancia. Se trata de la única empresa asturiana que ofrece la posibilidad de entregar las cenizas al mar desde la bahía de la ciudad. Y en plena situación de pandemia, desde su dirección se consideró muy importante “contribuir, con su trabajo, a que los afectados puedan decir adiós de forma emotiva y digna”. Y por eso se regalaron pasajes de barco solidarios por la COVID-19.