Seguro de vida y seguro de decesos. Ambos seguros se activan a la vez -cuando fallece una persona– y cubren el mismo riesgo, -la pérdida de la vida-, por lo que parecen lo mismo, pero no lo son. En muchas ocasiones se tiende a pensar que no es necesario contratar un seguro de decesos si ya se cuenta con un seguro de vida. Sin embargo, se deben tener en cuenta las grandes diferencias que existen entre unas coberturas y otras. Te las explicamos a continuación.

Coberturas del seguro de vida
Los seguros de vida tienen como principal objetivo ofrecer una indemnización a los familiares cuando el asegurado fallece, pero sus garantías van más allá.
- Fallecimiento del asegurado por cualquier causa. De este modo, los beneficiarios especificados en el contrato perciben una indemnización económica según el capital que se hubiera suscrito.
- Es posible incluir la invalidez absoluta y permanente como consecuencia de un accidente.
- En la mayoría de casos, también suele incluir cobertura por enfermedades graves.
Coberturas seguro de decesos
El seguro de decesos entra en juego cuando fallece el asegurado para resolver todas las necesidades materiales y emocionales que surgen en dicha situación. Las principales particularidades que diferencian esta póliza de un seguro de vida son:
- Cubre los gastos relacionados con el funeral: incineración, inhumación, nicho, sepultura, lápida, tanatorio, traslados nacionales e internacionales, etc.
- Asistencia para realizar todos los trámites administrativos necesarios, como prestaciones, documentos por fallecimiento, etc. Entre los servicios también se suele incluir la consulta jurídica familiar y la ayuda psicológica.
- Gastos extraordinarios relacionados con la muerte corren igualmente a cargo de la compañía aseguradora, como la intervención de un médico forense si fuera preciso.
- Asistencia en viaje, tanto al asegurado como a los acompañantes.
El hecho de que ambos seguros estén asociados al fallecimiento de la persona asegurada, no significa que se puedan identificar como el mismo tipo de póliza. Los seguros de decesos prestan un servicio a los familiares para que no tengan que preocuparse de realizar ninguna gestión relacionada con el entierro ni asumir ningún coste. Mientras que el seguro de vida tiene como fin mantener la estabilidad económica de la familia en el supuesto de que el asegurado fallezca. Para contar con una mayor protección, lo más recomendable es disponer de ambos seguros, ya que tienen funciones complementarias.
Por innovaFuneraria