Lidiar con la ausencia de un ser querido es una tarea muy complicada que genera un gran sufrimiento. Aún, la mayoría las personas consiguen salir adelante con esfuerzo y el apoyo de familiares y amigos. Pero si esto no es suficiente y se produce un estancamiento en el duelo, conviene solicitar la intervención de un especialista.
Así se recoge en ‘Enséñame a despedirme’, una colección de publicaciones del Grupo Albia que tal y como destacan los impulsores de la iniciativa nace del «compromiso con el cuidado de las familias». En el documento hacen hincapié en una serie de conductas que indican que el duelo se están prolongando más de lo debido y que sus efectos están siendo más severos de lo normal.
Dolores físicos y apego a las pertenencias del fallecido
Entre las señales que deberían poner en alerta a las personas que conviven con quien es incapaz de superar el duelo se encuentran también otras manifestaciones físicas. Estas van desde opresión en el pecho a una pérdida de salud en general. Y al manifestarse indican la necesidad de apoyo psicológico.
Y lo mismo ocurre con otras cuestiones, como un apego excesivo a las pertenencias del fallecido.
Ante la incapacidad de convivir con las cosas de quien se ha ido se debe prestar especial atención.
Con este tema, no obstante, conviene ser muy cuidados. Porque al deshacerse a toda prisa de estos objetos se podría estar manifestando también que la intervención de un especialista sería pertinente. Una ayuda de garantías para pasar el mal trago.
Estas son otras conductas que se deben vigilar con especial atención:
Según los expertos, en el duelo «el dolor es total»
En la publicación elaborada por el Grupo Albia se recoge también la opinión del doctor J. Montoya Caraquilla, que afirma que “en ninguna otra situación como en el duelo, el dolor producido es total». Este médico, experto en este tipo de procesos, añade que el impacto se nota a nivel psicológico, social, familiar y espiritual». «En la pérdida de un ser querido duele el pasado, el presente y especialmente el futuro. Toda la vida en su conjunto, duele”, concluye.