Su misión «es ayudar a continuar la historia de un ser querido, y que su espíritu y legado puedan perdurar en las generaciones venideras»
La empresa estadounidense Save My Ink Forever, que trabaja con funerarias en 21 estados y se ha expandido a Canadá y el Reino Unido, ha desarrollado un proceso patentado que altera permanentemente la estructura química de la piel, de forma que se preserve la tinta y no haya descomposición del tejido. Este es extirpado por un profesional con licencia y enviado a los laboratorios de la firma, donde, tras tres meses de tratamiento, se retocará de forma que recupere su estado original, para luego ser entregado a la familia en un marco o similar.
Desde Save My Ink Forever afirman que su misión «es ayudar a continuar la historia de un ser querido, y que su espíritu y legado puedan perdurar en las generaciones venideras». Dicen que crean «más que solo una imagen, pues las personas reciben el tatuaje real, lo que lo convierte en una obra de arte enmarcada que se presenta a la familia de forma digna».