En un sector cada vez más concienciado por la sostenibilidad y el medio ambiente, las urnas biodegradables son sin duda una gran opción a valorar por quienes desean inclinarse por la cremación.
Parecidas en forma a las tradicionales, difieren de ellas en los materiales utilizados para su producción, siendo totalmente biodegradables, es decir, capaces de descomponerse en el medio natural sin dejar huella. Entre los materiales que habitualmente se utilizan en su fabricación se encuentran la corteza de árbol, la arena, la sal o la arcilla.
Entre sus principales ventajas destaca su mayor respeto por el medio ambiente por lo que son las elegidas por muchas personas comprometidas con esta causa. Pero además es reseñable su gran versatilidad, debido a los distintas formas que, como veremos a continuación, pueden adoptar.
Tipos de urnas biodegradables
Como señalamos, no todas las urnas biodegradables son iguales. Son varias las empresas que ya las producen, y cada uno de estos tipos está orientado a un uso prioritario. Así, las urnas para el mar, están especialmente diseñadas para quienes desean devolver al mar sus cenizas, una opción elegida ya por muchos familiares.
También podemos encontrar urnas bio con semilla de árbol. Están orientadas a brotar una planta o árbol al descomponerse. Para ello, se introducen en una maceta y, de esta manera, y con el paso del tiempo, las semillas brotan a partir de las cenizas depositadas.
Especialmente dirigidas a los cementerios verdes, podemos encontrar, las urnas bio, cuyo cometido es descomponerse al ser enterradas. Este tipo de cementerios, aún no muy extendidos en nuestro país, son espacios en el medio rural donde se practica una inhumación ambientalmente responsable, utilizando estos recipientes o enterrando directamente el cuerpo del fallecido.
Por último encontramos las urnas tipo globo, pensadas para ser soltadas en el aire y las urnas de dispersión, utilizadas para transportar las cenizas al lugar donde se van a dispersar.
Más allá del tipo de urna, si tenemos en cuenta los datos de la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef), que señala que casi el 45% de la población española se inclina por la incineración, es probable que esta opción biodegradable cobre especial importancia en los próximos años.