«También es un acto de resistencia contra el intento de nuestro sistema de desterrar y negar la enfermedad, la vejez y la muerte, que nos hace débiles cultural y espiritualmente y por lo tanto, dominables», afirma su creadora

Los últimos dos años, la compañía de danza La Phármaco ha llevado su obra ‘Toná’ a muchos escenarios de España y de Europa, en una representación en la que bailar «la muerte como celebración de la vida, la fiesta y la catarsis individual y colectiva», en palabras de su creadora, Luz Arcas, para Levante. La última función fue en Valencia el pasado 21 de enero.
La obra pone el foco en la muerte y el duelo desde el folclore. Se da mucha importancia a los verdiales, una manifestación festiva y muy antigua de origen campesino, de la Málaga anterior a la romanización. La capital de la Costa del Sol ha servido de inspiración para Arcas. Fueron las visitas a su padre enfermo, en la casa en la que se crió, la que inspiraron a la creadora con referencias y símbolos que se habían diluido en el pasado.
La pieza está coproducida por el Festival de Otoño de Madrid, y entre otras cosas «también es un acto de resistencia contra el intento de nuestro sistema de desterrar y negar la enfermedad, la vejez y la muerte, que nos hace débiles cultural y espiritualmente y por lo tanto, dominables», afirma Luz Arcas.