El sistema está completamente saturado. Cada 10 minutos, una persona muere por coronavirus en Nueva York, centro de la pandemia en Estados Unidos. Una situación que ha complicado enormemente el trabajo de los funerarios, que trabajan sin descanso para prestar un servicio esencial y para ayudar a las familias a despedirse de sus seres queridos.
Tal y como explica Business Insider, las obstáculos que ha impuesto la pandemia son tales, que para gestionar un certificado de defunción pueden llegar a necesitarse hasta tres días. Un colapso que impone un retraso que ha abarrotado las morgues de los hospitales. De ahí que se hayan tenido que levantar zonas especiales en el entorno de los centros sanitarios para aumentar su capacidad. Y que se haya recurrido también a camiones refrigerados.
El virus, del mismo modo, ha impuesto nuevas rutinas a los trabajadores funerarios. Tal y como explica Pat Marmo, director y dueño de seis funerarias en Brooklyn, se han tenido que impulsar medidas de seguridad e higiene extraordinarias.
Antes de salir a recoger un cadáver, de este modo, es necesario recurrir al spray desinfectante y a otros elementos de protección personal fundamentales para mantener la salud del equipo y no caer en las garras de la pandemia.
A la hora de celebrar funerales, en Nueva York han dado en recomendar sistemas como las videollamadas para que se puedan celebrar despedidas sin que se produzcan reuniones y aglomeraciones.
Colas para las cremaciones por culpa del coronavirus
Si se recurre al sistema presencial para los velatorios y los oficios, se debe mantener la distancia de seguridad y no se puede superar el aforo, limitado a diez personas. En los crematorios, asimismo, la saturación también ha tenido un notable impacto. Tanto que se han generado colas y hay que pasar una lista de espera para poder llevar a cabo la incineración de un ser querido. Unos problemas que no son exclusivos del país americano ya que muchos se dan también en España, que afronta en estos momentos la desescalada.